Un político, que estaba en plena campaña, llegó a un pueblo del interior, se paró sobre un cajón e inició su discurso:
-¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte.
El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o arrejunta, es mi postulación, aspiración o candidatura a la Alcaldía de este municipio de Chiclayo.
De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:
- ¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?
- Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc.
La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy.
Y la tercera palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo como por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.
De inmediato, el borracho, se levanta y le dice:
- Postulante, aspirante o candidato...
¡hic! El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico, borracho o hasta el cu...
hic! no implica, significa, o quiere decir, que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido…
¡hic!. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece
¡hic!, puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando. ..
¡hic!, sus bártulos, efectos o cachivaches. ..
¡hic! y encaminarse, dirigirse o irse, derechito:
a la progenitora de sus días, a la madre que lo llevó en su seno, o a la pu... que lo parió.
¡¡ QUE MARAVILLA LA LENGUA CASTELLANA !!
Cortesía de Carmen...
¡Todos los que están al lado izquierdo de la barra, son unos ESTÚPIDOS, Y los que están al lado derecho son unos IMBÉCILES!
Sale un hombre del lado izquierdo y le dice enfurecido:
¡Un momentito, que yo no soy ningún estúpido!
El borracho le contesta:
¡Pues muévete a la derecha, IMBÉCIL!
3. Estaba un borracho caminando por la calle, cuando de pronto se encuentra con una monja con su vestido negro. El borracho se le acerca y sin pensarlo le cae a golpes, y la monja cae al suelo. El borracho le dice:
¡Vamos Batman, levántate y lucha!
¡Vamos Batman, levántate y lucha!
La mujer indignada se da media vuelta y le dice:
¡Borracho!
El borracho con una sonrisa le dice:
Sí, pero a mí, mañana se me pasa...
Pues fácil hijo, ¿Ves esos dos hombres que vienen por ahí? ¡Si yo estuviera borracho vería cuatro!
Papá, ¡Si solo viene uno!
Y todas las personas salen de la playa, luego viene el salvavidas, y pregunta:
¿Dónde, dónde está la ballena?
Y el borracho le dice:
No chico, es que se me cayeron dos botellas de ron, ¡Y una va llena!
¿Señor, no vio la flecha?
El borracho responde:
Ni al indio que me la tiró...
8. Estaba un borracho en la cantina y llega otro y le pregunta:
Oye, Salomón, ¿Por qué tomas?
Y le contesta:
Para verme más bonito.
¿Tomando te ves más bonito?
Sí, cuando llego a mi casa mi vieja me dice: "¡Que bonito!"
Señor, por favor compórtese, ¿Qué desea?
Entonces el hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:
Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos.
La mujer queda muy asombrada, pero le trae la bebida. Al rato vuelve a llamar el hombre:
¡Camarera, una botella de tequila para mí y para mis sobrinos!
Al rato nuevamente:
¡Camarera, un champagne para mí y para mis sobrinos!
Entonces la mujer se acerca y le dice:
Escúcheme, usted ha bebido de más pero no me va a decir que cree que esos pollitos son sus sobrinos.
Por supuesto que sí, los encontré en la calle y me decían:
"Tío, tío, tío, tío".
Oye, Salomón, ¿Por qué tomas?
Y le contesta:
Para verme más bonito.
¿Tomando te ves más bonito?
Sí, cuando llego a mi casa mi vieja me dice: "¡Que bonito!"
9. Entra un hombre borracho a un bar, se sienta en una mesa y empieza a gritar fuerte:¡Camarera, hip, cabbbmmmarera, hip!
Señor, por favor compórtese, ¿Qué desea?
Entonces el hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:
Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos.
La mujer queda muy asombrada, pero le trae la bebida. Al rato vuelve a llamar el hombre:
¡Camarera, una botella de tequila para mí y para mis sobrinos!
Al rato nuevamente:
¡Camarera, un champagne para mí y para mis sobrinos!
Entonces la mujer se acerca y le dice:
Escúcheme, usted ha bebido de más pero no me va a decir que cree que esos pollitos son sus sobrinos.
Por supuesto que sí, los encontré en la calle y me decían:
"Tío, tío, tío, tío".
¡No me asustas, estoy casado con tu hermana!
Deme una botella para mí, una para usted, y otra para todos los que estén aquí.
El cantinero se las da, y al terminar le pide la cuenta, el borracho contesta:
Ahorita no traigo dinero.
Por lo que lo saca a golpes. Al día siguiente vuelve a ir y dice:
Dame una botella para mí, una para usted, y otra para todos los que estén aquí.
El cantinero se las da, y al terminar le pide la cuenta, el cantinero le cobra la cuenta y el borrachito contesta:
Se me olvidó traer el dinero.
Por lo que otra vez el cantinero la saca a patadas.
Al tercer día el borrachito vuelve a la cantina y le pide al cantinero:
Dame una botella para mí, y otra para todos los que estén aquí.
El cantinero le pregunta:
¿Y a mí por qué no me mencionó?
Porque usted es bien violento cuando toma.
¡Dios mío!, si es el lorito de la señora del lado.
Al señor le dio pena y puso al lorito en la jaula de la vecina y se acuesta a dormir. Al otro día se despierta y ve que su esposa está llorando y le pregunta:
¿Amor, por qué estas llorando?
Y le dice su esposa:
Es que se murió la vecina del lado.
Y dice el esposo:
Cómo va a ser, si ayer la vi bien y en perfectas condiciones.
Y le dice la esposa:
Es que le dio un infarto esta mañana. Porque ayer había enterrado al lorito que se le murió y se le apareció en la jaula esta mañana.
Hermanos, en este pueblo se ha perdido la fe.
Y un borrachito grita:
¡Nadie sale de aquí hasta que se encuentre!
Y empieza a soltar puñetazos al aire como hacen los boxeadores cuando pelean con su sombra. El barman lo mira asombrado y no le hace caso. Al rato:
Deme otro vaso de whisky.
Y continúa con el boxeo. Al rato:
Otro, por favor.
Y sigue con el boxeo. El camarero tomándolo por loco, le pregunta:
¿Y? ¿Cuándo empieza la pelea?
Cuando usted quiera, no tengo dinero.
15. Un borracho estaba sentado en la banqueta y en eso pasa una abuelita con su nieta y en eso dice el borracho:
¡Adiós bizcocho!
Y entonces se regresa la abuelita y le dice:
¿Qué dijiste?
Y el borracho le contesta:
Dije bizcocho, no pan de muerto.
¡Adiós bizcocho!
Y entonces se regresa la abuelita y le dice:
¿Qué dijiste?
Y el borracho le contesta:
Dije bizcocho, no pan de muerto.
16. Había una vez, un borracho tomado cerveza en un panteón, y de pronto se le cae su cerveza y se pone a llorar.
Pero en eso pasa una señora que le va a dejar flores a su marido y ve al borracho llorando, y se le acerca y le dice:
¿Familiar?
Y el borracho le contesta:
¡No, de a litro!
17. Llega un borracho que no entiende al médico, el médico le trata de demostrar que tomar licor es malo y se lo demuestra con una lombriz, primero la mete en un vaso con agua y la saca y no pasa nada, luego la mete a un vaso con vino y la lombriz muere en pocos segundos. Luego le dice a su paciente:Pero en eso pasa una señora que le va a dejar flores a su marido y ve al borracho llorando, y se le acerca y le dice:
¿Familiar?
Y el borracho le contesta:
¡No, de a litro!
¿Ya ves lo que le pasa a los que toman mucho?
Sí doctor, contesta el borracho. ¡Nunca tendremos lombrices!
18. Entra un borracho en una comisaría:
¿Podría ver al que robo en mi casa ayer?
¿Y para qué lo quiere ver?
Para saber cómo entró sin despertar a mi mujer.
19. Entra un borracho a una cantina y grita:
¿Quién se cree muy gallo?
Todos los que estaban dentro se quedan callados, pasa un rato y después de varias copas grita de nuevo.
¿Quién se cree muy gallo?
Y se para un vaquero de 1.90 de estatura y le dice:
Yo, yo me creo muy gallo, ¿Por qué?
Y le contesta el borracho:
No pues, no más para que me despierte a las 05:00 am de la mañana.
A ver, la viudita que baile conmigo esta pieza.
La persona molesta le dijo:
Señor, yo no voy a bailar con usted por tres motivos: primero porque usted es un borracho mal educado, segundo porque el himno nacional no se baila, y tercero porque yo soy el obispo.
tiempo que no me reia tanto, muy bueno tu blog paisano lo seguire
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